El cumpleaños de mi hermana
Hoy es el cumpleaños de mi
hermana
Nuestra historia se inicia en un
principio que no alcanzo en mi memoria. El primer recuerdo que tengo de mi
hermana, no es mío. Es una foto de las dos, ella recién nacida y yo, pequeña y
feliz. Un papel mural amarillo con flores, del que nos reíamos cada vez que
mirábamos la foto en un álbum ajado por el paso de los años.
Mi hermana y yo. Mis hermanos y
yo. Una mesa de 3 patas. Algo que busca el equilibrio y a veces se cae. Pero siempre
se levanta. Pero no escribiré sobre eso hoy, porque es el cumpleaños de mi
hermana, y de ella se trata hoy mi pensamiento.
He de reconocer que no siempre
fui una buena hermana. Soy la mayor, tengo un carácter fuerte, y de ideas
fijas. Una de las cosas que siempre le digo a mi primera hija es eso, que tal
vez me faltó un poco más de luz para ser la hermana mayor se necesitaba, y que
ojalá ella construya su relación con los más pequeños de manera que nunca tenga
que arrepentirse de nada. Pero a pesar de lo mucho que debí hacer distinto, en
la medida que nos convertimos en adultas, puedo decir sin margen de error, que
mi compañera de batallas, es mi hermana. La que me da su mano si necesito
ayuda, su hombro si necesito derramar unas lágrimas; su mirada afectuosa sobre
mis hijos; sus pies si necesitamos caminar hacia algo nuevo. Está ahí. Está
conmigo.
Ojalá todas las mujeres tuvieran
una hermana con la que pudieran contar como yo cuento con la mía. Una hermana
así, significa tener con quien compartir la incertidumbre; tener brazos que
reciban a los hijos cuando no puedes; tener fe en que, cuando algo sale mal
entre las dos, siempre habrá una forma de volver a enlazar el día a día.
Así que me siento en condiciones
de dar gracias, muchas gracias. A la vida, por poner una hermana a mi lado. Y
no cualquier hermana, sino exactamente la que tengo. A las diosas, esas fuerzas
que siento que guían a las mujeres a enlazar sus vidas para formar hermosas
redes, porque nos han permitido permanecer unidas. Y a mi hermana, solo por ser,
por estar aquí y por permitirme, una vez más, celebrar su presencia en este
mundo.
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